miércoles, 7 de mayo de 2008

Jesús: la Zorra y el Cuervo.


No existe otra fábula más precisa que la de la zorra y el cuervo para describir los actos, sentencias y enseñanzas de Jesús durante su encarnación: La Zorra y los cuervos de Wotan, convertidos en blancas palomas por su verbo maravilloso.
Lo mas alucinante del Maestro de Maestros, el Iniciado del Amor, del más Grande entre los Grandes, fue que no mintió absolutamente en nada.
Pero tampoco habló de lo silente, simplemente calló, y quien calla otorga. Jamás dijo nada claro acerca de la reencarnación,( y si lo dijo sus seguidores cuidaron de no exponerlo) en una época en la que la reencarnación era algo tan creíble como lo es ahora el ser pecadores sin recordar absolutamente nada malo hecho antes de nacer.
Cuando habló de cosas cruciales dijo: “Quien tenga oídos para oir: OIGA”
“Sed fríos o calientes, porque a los tibios los Vomitaré”.
Al final de su pasión, fue Honesto, cuando dejó que le Coronasen con un TORZAL DE ESPINAS, símbolo del DOLOR TEMPORAL y SANGRIENTO necesario para la ascención Jabalina.
Pero lo más significativo fué la frase que balbuceo casi delirante: "ELI, ELI, ¿LAMA SAJBATANI?" que según los eruditos se traduce como: Padre, Padre... ¿ por qué me has abandonado?
Frase que lleva la letra J en el idioma de origen, y representa lo Jabalino, lo sangriento, y para nosotros es prueba de que hasta Él fué traicionado.